La cantidad de universitarios que se ponen el delantal dentro de un establecimiento de comida rápida es más grande cada año. No es sólo la “profesión” de la juventud de hoy sino que para muchos es la única opción viable para entrar al campo laboral.
Hablamos de empleados muy jóvenes (entre 16 y 24 años) que atienden a miles de comensales cada día. Sonreír, tomar la orden, limpiar las mesas y despedir al cliente es la rutina que se repite decenas de veces durante el turno.
Grandes sucursales como McDonald’s y Burger King pueden llegar a atender hasta 10 mil personas diarias, incluso más si nos trasladamos a ciudades capitales. Rapidez y facilidad para los clientes que aprovechan en KFC precios de promoción o el Auto-Mac en el descanso del almuerzo; para los universitarios, por otra parte, es una carrera constante entre comandas y repasadores, con el único objetivo de llevar un sustento a sus hogares mientras culminan sus carreras.
Un trabajo de transición en la comida rápida
Cierto es que ser empleado en una empresa de comida rápida no sólo se trata de ganar dinero. Para muchos jóvenes esto supone la oportunidad de aprender a trabajar. Y con ello, se desarrollan habilidades profesionales que agradecen el resto de la vida.
En primera instancia, se aprende a cómo hacer una tarea con agilidad, rapidez y eficiencia, se debe estar en todo y se deben evitar al máximo los errores. Asimismo, la interacción con la gerencia y con clientes (a menudo malhumorados) permite adquirir destreza a la hora de comunicarse; buena dicción y una sonrisa son claves para atender a un comensal tras otro, día tras día.
A su vez, se gana en coordinación y planificación, pues es común que haya más trabajos que manos disponibles para hacerlos, por lo que se aprende a ser flexible y cuidadoso en cada labor.
En pocas palabras, es la vía segura de un joven para entender cómo funciona un negocio y cómo se debe afrontar la responsabilidad de un trabajo. Es ese paso hacia la sociedad adulta que te prepara en todos los ámbitos que se necesitan para el éxito.
Llegar temprano, esforzarse, convivir con los compañeros en paz y mantener al cliente siempre feliz; todas habilidades que se recuerdan en cualquier restaurante, oficina e industria en la que se aspira entrar o construir.
No hace falta experiencia ni largas jornadas
Uno de los beneficios más apreciados por los estudiantes universitarios es que no les hace falta contar con un mínimo de experiencia para ser contratados en algún fast food. Normalmente, la mayoría de edad y el título de bachiller son los únicos requisitos que se repiten en estas cadenas de comida rápida; de resto, cualquiera con responsabilidad y actitud puede desempeñar esta labor.
De igual manera, la versatilidad de horarios le permite al estudiante ajustar sus clases y tiempo libre con sus jornadas de trabajo sin dificultad, pues es posible elegir entre varias opciones: desde las básicas 40 horas semanales (o más), pasando por un horario de medio tiempo e incluso trabajar sólo los fines de semana.
Cuánto gana un estudiante en promedio en una empresa de comida rápida
Muchos de los jóvenes que son contratados por un establecimiento de comida rápida cuentan con la oportunidad de ascender puestos.
Al inicio, un empleado puede aspirar a un salario entre 850 y 950 euros al mes como cajero o camarero (unos 5,49 euros por hora). Luego, si muestra las aptitudes necesarias, puede ser promovido a un puesto superior y ganar en promedio 1.000 – 1.100 euros mensuales.